Dan las campanadas de las seis
en la Basílica de San Pedro.
Sincronizo mi reloj con el de la fachada.
Ahora Dios y yo tenemos la misma hora.
En cualquier momento
podríamos empezar cualquier misión peligrosa juntos.
Poema de Íker Biguri - Extraído del blog Las afinidades electivas -
jueves, 25 de septiembre de 2008
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